jueves, 10 de marzo de 2011

Ética y Salud Mental (I)




“Saber lo que nos conviene, es decir: distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir -todos sin excepción- por la cuenta que nos trae”.
Fernando Savater
Sin ánimos de ser exhaustivo, hoy me gustaría hablarles de un tema que me apasiona: la ética y la psiquiatría. En esta primera entrega daré unas pinceladas a la historia de ambas cuestiones.
Como es bien sabido, la ética nace en la Antigua Grecia, y se encuentra rubricada por nombres tan famosos como el de Platón, quién sostiene que quien ve el bien no puede no apetecerlo, y que por tanto el mal se debe siempre a un error intelectual, a que la mente yerra su objetivo, tomando por bueno lo que no lo es y dice "hay que admitir que la enfermedad propia del alma es la demencia. Pero hay dos especies de demencia: una es la locura; la otra, la ignorancia." Lo sigue un nombre no menos importante, Aristóteles para quién toda actividad humana tiende hacia algún bien, suponiendo así que cada vez que el hombre actúa lo hace en búsqueda de un determinado bien. El bien supremo es la felicidad, y la felicidad es la sabiduría (el desarrollo de las virtudes, en particular la razón).
Más tarde durante la Edad Media la concepción de lo ético se ve bajo la sombra de lo religioso, y todo aquello que se desvíe del buen camino (según el concepto cristiano) no es más que la obra del mal ( eg. recuérdese la Inquisición). Muchos nombres podría seguir agregando a la lista (Séneca, Hipócrates, Spinoza, Kant, Kierkegaard, Schopenhauer, Hegel, Sartre, entre otros) pero me permito terminar aquí con Fernando Savater, que en su Ética para Amador nos dice: “Saber lo que nos conviene, es decir: distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir -todos sin excepción- por la cuenta que nos trae”.
Como hemos visto, el objeto de estudio de estudio de la Ética ha sido siempre la distinción entre lo bueno y lo malo; pero ¿cómo se circunscribe la psiquiatría en todo esto? De las palabras de Platón y Aristóteles pudiéramos intuir la presencia de enfermedades que nos alejan de la consecución de lo bueno ( felicidad) como nuestro fin último; de las teologías medievales la presencia de demonios que alteran nuestras facultades de hacer el Bien.
En fin, ética y psiquiatría (me permito acuñar aquí este término que no se comenzó a utilizar sino hasta el siglo XIX) han sido engarzadas como si una dependiera de la otra. En la actualidad ambas han tomado caminos paralelos, pero la pregunta ya no es solo si las enfermedades del cuerpo nos limitan en nuestra capacidad de actuar de forma ética, sino otra de mayor calibre ¿actuamos de forma ética también con aquellos que sufren de alguna enfermedad, llámese en nuestro caso mental?


Libros que me han prestado sus servicios:
Aristóteles. Ética a Nicómano
Platón. El Timeo
Savater Fernando. Ética para Amador

No hay comentarios:

Publicar un comentario